sábado, 11 de abril de 2009

“Wagner”









“Wagner”

Abrí la puerta y se llenó la estancia de un perfume silvestre, y el sol también entró con su luz y calor por la ventana.

El ruido de las llaves lo arrastra hasta la entrada, y mi perro se cobra la perdida mañana. Estaba en su cubil, echado, por propia decisión o por hacerme compañía. Salió hasta el alambrado que divide el terreno, y luego de marcar el límite exacto de su feudo, y no el mío, se metió en la casa sin pronunciar ladrido.

A veces, se me hace que es como una persona, que sabe lo que quiero y que ama lo que amo. Se adueña de mis hijos apenas los dos llegan en el fin de semana. Los recibe con su hocico primero, y luego con el largo del cuerpo y entonces sale a saltos, a buscarme y me avisa, que nacho y Juan... ya están en la casa. Casi no hay diferencia entre mi amor y el suyo por los muchachos. Crecieron juntos, y eso los hace hermanos sin salvar las distancias.

Tiene una forma extraña de eructar la comida, y esa habilidad despierta simpatías, en nosotros, y en quienes lo conocen. Es laborioso en las faenas del afecto, siempre está listo para el recreo, para “pelear” con Juan o arremetiendo contra Nacho para invitarlo al juego. Conmigo, parece que él entiende que debe ser distinto, así que nuestro juego consiste únicamente en jugar con palabras, imito con la voz diferentes sonidos, y los dos entendemos que las palabras son un código entre amigos.

Simulo los enojos si lo descubro echado al lado de mi cama, sueña con acostarse en ella o en la cama de Nacho. Hubo una vez, que ya no pudo aguantarse las ganas de acostarse y se echó por un buen rato. Lo vi, pero no dije nada. Sin que él me viese, fui al comedor y lo llamé de allí. Vino con las orejas gachas y los ojos prendados por la angustia. Me miró, con ojos de degüello, ardid de perro malcriado, mas cuando comprendí que se sentía asustado, le hablé, fingiendo una voz por él muy conocida, la misma de los juegos, y las que lo acarician porque por sobre todo, él sabe que lo quiero. En respuesta, me devolvió los mimos con un sólo de cola, y volviéndole el alma a su peludo cuerpo, se encaminó hacia el fondo un poco más tranquilo.

Mis amigos, cuando llaman para ver cómo estoy, al promediar la charla me preguntan por Wagner. Forma parte importante de mi vida social y a cada amigo mío, lo festeja como propio.

Cuando pequeño, lo alzaban en sus brazos y le cuesta entender que el paso de los meses, se llevaron su pequeñez y con ella, los regazos. ¡Y es entonces!, que hubimos de cambiar, las upas por caricias que le agraden igual, rascarle la cabeza, acariciar su negro manto y darle una masita dulce, cada tanto.

Es de carácter dulce, inteligente y bueno como todo ovejero. Sus ojos son vivases, enmarcados por sobre la cabeza con orejas inquietas, bailarinas que expresan la alegría y la preocupación, cuando por la basura regada en la cocina, se advierte que esa noche hizo una travesura, que se entregó al antojo de un anhelado sueño, volver a ser cachorro con el único afán, de encontrar un regazo que lo acune tan sólo..., una vez más.

En fin, hay quienes cuando lo ven, ven sólo un perro. En cambio para mí, es un fiel compañero, incapaz de dudar de mí cariño por más que alguna vez lo reto. Él sabe que gruñir no es sólo un atributo de los perros, los humanos ladramos, y además, muchas veces mordemos la mano de quien nos acaricia. Si le elevo la voz, él se arrincona, más que por su dolor, por “haberme ofendido”.

Él intenta hacerse cargo de mis días difíciles, comparte mi alegría y me acompaña en silencio para no molestar, a reconocimiento de su amor animal, a mí me gustaría esgrimir en mi haber, de su nobleza y lealtad tan sólo la mitad.

3 comentarios:

  1. Que lindo fue y es haber leído algo asi. Por dos motivos:lo lindo de tu escritura,tan simple y compleja a la vez, que hizo que me quedara leyendo por el solo placer de leer -una simplicidad limpia y nada pretenciosa, pero más encantadora. Y por dedicar algo tan lindo a un ser tan especial como es un perro, sólo aquellos que tenemos una mascota -y las queremos como si no fueran una de ellas- sabemos de ese cariño especial y animal.El que ellos nos dan.Me encantó haberte leido Dani,te felicito por el blog.

    Romi

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  2. Que lindas palabras...nunca había visto una foto de él, Wagner era hermoso y estoy segura que así de hermoso será el recuerdo que guardes de él en tu corazón, lo tube que leer en dos tandas porque las lágrimas me nublaban la vista...
    Hermoso!

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  3. Dan y Wagner; compartí parte importante de mi vida con ustedes y seguirán estando en mi corazón, los extraño. Wag donde quieras que estés, se que seguís acompañando a mi gran amigo. Dan por cobarde me aleje, pero no hace falta decirte que te quiero profundamente y siempre serás esa persona que con tan solo pensarte me das equilibrio.
    19 de Abril de 2009.

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